mundo. Se han encontrado emplazamientos bretones de mediados delsiglo
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que se han relacionado con algunos de los lugares que aparecen enlas novelas: Camelot, Glastonbury, Avalon… En este entorno de mito,¿existió realmente un Arturo histórico y real?L
A FICCIÓN ROMÁNTICA Y LA REALIDAD HISTÓRICA
La leyenda de Arturo y sus caballeros tiene todos los ingredientes ne-cesarios de una historia imperecedera: poder, generosidad, intrigas pala-ciegas, guerreros, nobles valientes, doncellas virtuosas, amistad y tra-ición, hechicería, batallas espectaculares… Todo un microcosmos que re-fleja las pasiones y los anhelos humanos. Así, más de mil quinientos añosdespués de que comenzara a forjarse esta leyenda, la historia de Arturosigue presente. Según los historiadores, hay suficientes pruebas que evid-encian que hubo algo de cierto. «El problema es que el nombre de Arturonunca existió», explica Scott Lloyd, autor de
Pendragon. The Origins of Arthur
. «Eso no significa que no existiera un personaje con ciertas carac-terísticas similares a la leyenda. Pero algo pasó a finales del siglo
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o prin-cipios del
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que ha quedado enterrado bajo el halo de la ficciónromántica», explica Bryn Walters, miembro de la Asociación de Ar-queología Romana.En 1469, sir Thomas Malory, un empobrecido caballero inglés, escribióla historia del mayor rey de Britania. Su libro
Le Morte D’ Arthur
con-sagró para siempre la leyenda del rey Arturo. El relato de Malory comen-zaba con una Britania dividida y sin soberano. Los príncipes rivales es-taban al borde de una guerra civil, reclamando la corona del rey UtherPendragon, quien a su muerte dejó el reino sin un heredero reconocido.Para evitar un derramamiento de sangre y resolver el conflicto, los prín-cipes se sometieron a una prueba mística: todos tendrán la oportunidadde extraer la espada del rey, que el mago Merlín hizo aparecer clavada en
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